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Pienso, luego consumo.

¿Cómo podemos enseñarles a nuestros hijos bebés a ser responsables con el ambiente? Pues lo de siempre, con el ejemplo. Está clarísimo que los niños harán lo mismo que nosotros. Es decir, lo que les enseñamos con nuestras acciones que, por supuesto, son mucho más poderosas que nuestras palabras. Un niño inteligente no hará lo que sus padres le dicen, hará lo que ve que hacen, eso está claro.

Publicado: 2014-06-26


En casa hay tantísimas oportunidades para ser amigables con el planeta. Para empezar, lo más importante es comprender qué es lo que más daña a nuestra tierra. Pues resulta que es una suma de factores, entre los cuales se encuentra la industria cárnica (carnes), la industria eléctrica, las industrias mineras, el parque automotor y la basura no biodegradable que todos y cada uno de nosotros eliminamos de nuestras vidas y termina en los ríos, mares, o en la tierra misma, sin tener la posibilidad de incorporarse al sistema vivo del planeta.

Wikipedia:

Biodegradable es el producto o sustancia que puede descomponerse en los elementos químicos que lo conforman, debido a la acción de agentes biológicos, como plantas, animales, microorganismos y hongos, bajo condiciones ambientales naturales. Estos son básicamente todos los seres o materiales formados por la naturaleza.

Por definición, la basura no biodegradable es cualquier artículo desechado que no puede ser procesado por organismos vivos. Todos son materiales creados por el hombre. La basura no biodegradable se acumula en el ambiente debido a que no puede regresar a sus orígenes.

Sobre la industria cárnica, eléctrica, minera y automotriz, pues hay que hacernos conscientes y procurar usar todas estas industrias en la menor proporción posible. Es mucho más saludable y ecológico comer alimentos de origen vegetal como la quinua, menestras, cereales, frutas y verduras, que consumir carnes. Es importante ahorrar energía en casa, apagar las luces que no se estén usando, planificar bien el uso de los electrodomésticos y apagar los aparatos eléctricos durante la noche. Además, organizar nuestra vida en bicicleta o autos compartidos definitivamente es un paso hacia una sociedad más amigable, limpia y apacible.

Pero es muchísimo lo que podemos hacer tomando conciencia de lo que consumimos, de lo que compramos. La basura no biodegradables está formada básicamente por plásticos (juguetes, bolsas, nylon, llantas, CD/DVD, entre otros), vidrios, latas, termopor, espejos, etc.

Tenemos que aprender a ver más allá de la utilidad de las cosas, más allá de los nombres y marcas y tomarnos unos segundos para ver los objetos que vamos a comprar, como materia. La pregunta clave es: ¿de qué material está hecho este objeto? La respuesta te servirá para entender qué industria estás a punto de financiar. Y debes poder discernir entre los materiales que tienen la capacidad de incorporarse al sistema vivo de la tierra (es decir, si son biodegradables) o si constituirán basura para siempre. Simplemente procuremos dejar de consumir esas cosas que probablemente nos encanten, pero que en un cortísimo tiempo se convertirán en basura que no tiene como ser eliminada del sistema terrestre.

Para algunos de nosotros, sobre todo los mayores de 40, este pensamiento es difícil de asumir, pero para nuestros niños será mucho más sencillo, sobre todo si es parte de la cadena de valores familiares. Sabemos que estar totalmente libres de plásticos es una tarea titánica en la ciudad, por lo que, a aquellos juguetes u otros materiales no biodegradables que hayamos adquirido, es importante procurarles una larga vida útil. Esto quiere decir, que no constituyan basura en corto tiempo. En este afán es que surge el concepto de reciclaje; todos los juguetes, ropa y objetos de nuestros pequeños pueden ser útiles para otros pequeños, hermanos, primos, amigos, niños que lo necesitan. La práctica de tomarse el tiempo de revisar lo que ya no se usa, separarlo por edades o utilidad, empacarlo y transferirlo a quien pueda usarlo, es una actitud de vida que vale la pena enseñar a nuestros niños. Ellos no solo aprenderán lo importante que es respetar y amar a nuestra tierra, sino también lo importante que es la solidaridad y compartir. Vivimos en una sociedad donde la pobreza abunda, reciclar nuestros juguetes y pertenecías siendo niños, y con el fin de dar a otro, abre las puertas de la mirada hacia los demás. Disposición fundamental en la construcción de una sociedad más justa, equitativa, amorosa y ecológica.

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